La Mizuno Wave Rider 25 confirma la estrategia de la marca japonesa de abrirse a un mercado más amplio dejando de lado la característica tosquedad de sus zapatillas con el compuesto Enerzy, que ofrece una amortiguación mucho más blanda de lo que esperan los incondicionales de la marca. Sin embargo, mantienen los 12 mm de drop que se antojan elevados para lo que se ve en el mercado, pero bueno... algo tienen que tener para ser diferentes al resto y seguro que los corredores que aterrizan de talón están encantados.
Llama la atención que el corte superior es más limpio que en su predecesora Wave Rider 24, tanto que incluso el mítico logo RunBird quisiera pasar desapercibido con unos trazos tan estrechos que parece que pudieran desaparecer rascando un poco, en consonancia con la pérdida de identidad provocada por el abandono de una amortiguación firme "marca de la casa". Aparte de generosa longitud, la lengüeta prioriza la comodidad con un mullido por encima de la media y está unida a ambos laterales para evitar que se mueva dando lugar a incómodos pliegues.
Lo primero que uno se pregunta al ver la mediosuela de la Wave Rider 25 es si se trata de una zapatilla Mizuno o de una imitación. Pues sí, se trata de una auténtica zapatilla Mizuno que gracias al uso exclusivo del compuesto Enerzy (nada de U4icX™ ni de U4ic™) se permite el lujo de prescindir de la mayoría de los huecos alrededor de la (cada vez menos) inconfundible placa Wave™ porque el mencionado Enerzy es más flexible y por ende capaz de adaptarse a los diferentes movimientos del conjunto. La suela mantiene el fiable y duradero X10 que de nuevo justifica con creces la inversión en tiempo y dinero empleada en su desarrollo mientras que la configuración del taqueado cambia ligeramente, si bien mantiene tanto las tres grandes estrías de flexión transversales en la parte delantera como el generoso surco longitudinal que sin duda ayuda a una transición suave y rápida. Ale, a correr.